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Un remo para el orientador en el mar de las tempestades educativas del nuevo siglo.

ISSN:1665-7527

jueves, 7 de abril de 2011

Separata No. 10. Una Mirada Al Cine Mexicano


UNA MIRADA FEMENINA AL CINE MEXICANO

Por: María Enriqueta Arias[1]

Atmósfera sutil, un encuentro cálido entre el pasado y el presente; el secreto de sombras que juguetean en paredes llenas de fotografías y retratos; en ese momento se abre la puerta. Un paraíso de colores crudos, de marrones delicados, el universo de un cine con temas recurrentes: objetos, palabras, lugares y personas. ¿Algo tienen en común? Un sólo nombre, una sola mujer: Busi Cortés.

Detrás de aquel rostro dulce, de inocencia aparente, una cabellera corta con ligeros matices tiza, unos ojos grandes y complacientes que abren las puertas a una maravillosa carrera cinematográfica, también es posible bajar de aquel pedestal el alma presente de una mujer que ha logrado conjugar el éxito con la vida cotidiana.

María Eugenia Cortés Rocha, o mejor conocida como Busi Cortés, cuenta con más de treinta años de carrera cinematográfica, más de cuatro series televisivas y catorce obras fílmicas entre las que se encuentran: Hotel Villa Goerne (1981), La mujer de Nicolás, El lugar del corazón (1983), por el cual recibió mención honorífica en el Festival de Televisión Universitaria de Lima, Perú;  El secreto de Romelia (1988), filme por el que recibió un Ariel y la Diosa de Plata como mejor Ópera Prima, así como el premio Piterre en el Festival de San Juan y el premio ACE en Nueva York; Serpientes y Escaleras (1991), coescrita con su hermana Cármen Cortés y Alicia Molina; el mediometraje Déjalo ser (1993), el cual fue nominado al Ariel en 1994 y su más reciente producción; Las Buenrostro: las hijas de su madre” (2005).

Sin embargo, hacer cine también le abrió las puertas a la docencia, donde encontró la manera de inyectar su pasión por el arte y la filmografía a generaciones enteras de nuevos cineastas, con quienes ha realizado y coordinado series como Pasando el siglo en el cine, así como la serie Retos y Respuestas, basada en la integración de personas con discapacidad.

Actualmente, es maestra del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), de apreciación cinematográfica en la Universidad Iberoamericana (UIA) y del Centro Universitario de Teatro (CUT), además de pertenecer al profesorado que imparte diplomados en la Cineteca Nacional y en provincia.

Al mirarle es casi imposible dejar de notar la profunda seguridad que tiene por lo que hace, la admirable pasión por su trabajo y las infinitas ganas de continuar proyectos y secretos, que aún siguen ahí, escritos y reescritos esperando salir para confirmar su presencia en el cine.

Tras aquel impresionante currículum y mi innegable impaciencia por conocer a una mujer tan reconocida por su amor hacia el cine, me dirijo al sillón y volteo hacia un cuadro. Ya ahí, más que admirar la pintura prefiero responder al reflejo para confirmar mi presencia. ¿Las cortinas?… abiertas, y mientras la ráfaga de luz refleja aquellas partículas de polvo de los rayos del sol, suelto la primera pregunta y así aparece la calma de una voz que nace, el ritmo fijo de una conversación continua y apacible que hace reminiscencia de lo que Busi es. 

UNA PASIÓN POR EL CINE

¿Cómo fue que nació su amor por el cine?

Desde pequeña siempre fui muy cinéfila. Todos los sábados mis papás nos llevaban al cine o al teatro y a las funciones de los cine clubes infantiles del colegio Patria.  Considero que esas experiencias nos convirtieron en cinéfilos desde pequeños, tanto a mis hermanos como a mí.
Por otro lado, cuando viví cerca de la refinería de Atzcapotzalco, porque mi papá trabajaba como jefe de ingenieros de la refinería en PEMEX, vivíamos en una colonia cerrada de treinta casas que tenía club, alberca, etcétera. Cuando vivimos ahí, uno de los ingenieros nos llevaba películas todos los domingos y fue cuando comencé a enamorarme más del cine. Creo que las experiencias de estar con mis mejores amigos y mi familia, en un momento tan gozoso, me hicieron una apasionada del cine.

¿La formación de cineasta que obtuvo en el CCC cubrió sus expectativas artísticas y académicas?

Las rebasó, porque aunque lo que yo quería hacer era guionismo cinematográfico, cuando terminé la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Ibero y comencé a estudiar en el CCC, fue justo éste último el que me dio una libertad creativa y me dio la oportunidad de formarme no sólo como guionista, sino como directora.

¿Es verdad que Gabriel García Márquez y Julio Cortázar fueron los autores que la motivaron a dedicarse al guionismo cinematográfico?

Sí, así es. Siempre me gustó seguir la línea mágica de la literatura latinoamericana, sin copiarla fielmente, pero sí crear atmósferas similares a las de la literatura de Cortázar y García Márquez.

¿Qué obstáculos encontró cuando decidió estudiar la carrera de cine?
¿ existían varias opciones académicas para estudiar cine durante los años 70? 

Sólo existían el CCC y el CUEC, en esa época no me encontré con grandes obstáculos para ingresar al CCC, la escuela tenía tan sólo tres generaciones previas a la mía y por lo tanto no fue tan difícil entrar, además de que mi formación en la carrera de Ciencias de la Comunicación me dio ciertos antecedentes para poder estudiar cine.

¿Qué tan difícil ha sido para usted conjugar su carrera con la maternidad, el matrimonio y la familia?

Pues realmente no ha sido complicado porque he tenido mucho apoyo por parte de mi familia y de mi esposo. Desde que entré a la carrera de cine, mi esposo me ha apoyado no sólo como padre de mis hijos, sino también profesionalmente hablando. Me ayudó en la musicalización de mis proyectos en la universidad, en dos series de televisión y en dos de mis películas. En cuanto a mis hijos, cuando estaba en el CCC, ambos ya tenían más de dos años cada uno, afortunadamente conté con el apoyo de mi madre y de mi suegra, así como de una señora que fungió casi como una segunda madre para ellos.

Usted forma parte de la generación de cineastas que trabajan exitosamente en el cine y la televisión, pero además ha aportado su formación académica y universitaria en el resurgimiento del cine mexicano ¿Considera que las nuevas generaciones se están formando adecuadamente para continuar con esta dirección?

Siento que han proliferado mucho las escuelas de cine privadas. Como la Escuela de Cine de Guadalajara, que por cierto es muy buena. También las escuelas de guionismo, por ejemplo la escuela de escritores y el curso de guión del CCC, esto ha hecho que cada vez haya más diversidad en la enseñanza del cine mexicano y por lo tanto que se diversifique la producción cinematográfica.

¿Cuál es su opinión acerca del panorama actual del cine mexicano?

Es muy rico en términos de producción, sin embargo, el problema es que las estructuras de las salas de cine están hechas para ver cine norteamericano. Los dueños de estas salas, desde los años ochenta, siempre se han inclinado por ese cine porque les da más ganancias. Es una tendencia que considero lamentable, pues las películas independientes son poco promovidas. Hasta ahora lo que ha funcionado ha sido el pasar la voz de boca en boca, es lo que ha logrado que películas como El Estudiante, Temporada de Patos o Perfume de Violetas se hayan mantenido en cartelera por mucho tiempo.

¿Usted considera que la inclusión de las escuelas de cine a las producciones comerciales lograría que la divulgación del cine mexicano llegue a más público?

Considero que dejando de lado ciertas tendencias de cine de autor como las de Arturo Ripstein o Felipe Casals, a la mayoría de las cineastas de mi generación como María Novaro o Maryse Sistach no nos ha interesado tanto ir a festivales o ganar grandes premios; lo que hemos querido siempre es llegar al público y que nuestro cine sea visto, no sólo por los círculos universitarios e intelectuales. El que no lo hayamos logrado, es una lástima. Sin embargo, te puedo decir que no hay una fórmula del éxito realmente. Considero que se tienen que buscar circuitos alternativos, como los que existieron durante el cine de oro mexicano, donde el gran pueblo mexicano iba a ver cine mexicano a salas de segunda o de tercera. Por ejemplo, la trilogía de Pedro Infante que duró años en cines de tercera. Esto se daba porque en los años cincuenta y sesenta la gente podía asistir al cine por un costo muy bajo. Pasaban el día en el cine Alameda y, además, una tarde dominguera. Actualmente, ir al cine es muy costoso.

UNA CONFIGURACIÓN FEMENINA


¿Qué papel juegan las mujeres en las películas de Busi Cortés?

Creo que hacer cine de mujeres es un tema que conozco. Mi madre representó un lazo muy fuerte, mis abuelas, mis tías y mis hermanas. Siempre estuve rodeada de mujeres y eso me configuró personalmente. Pese a que muchas otras cineastas no se han enfocado en el rol de la femineidad en sus historias, creo que yo siempre he realizado mis proyectos a partir de lo que me mueve, y las mujeres es uno de esos grandes asuntos.

¿Qué papel juegan las nuevas generaciones de mujeres cineastas que se están formando en las escuelas?

Considero que a partir de los noventa ya no es tan importante el género. En mi generación sí fue porque éramos muy pocas mujeres las que figurábamos en la industria del cine. De hecho recuerdo cuando se presentó El Secreto de Romelia en el Festival de Cine de Mujeres en Los Ángeles y yo les comenté que éramos nueve directoras activas en México, se quedaron sorprendidas porque en E.U. las mujeres sólo tenían la oportunidad de hacer documentales independientes, donde ellas tenían que rentar las salas de proyección y costear todo. Mi generación fue muy afortunada porque tuvimos mucho apoyo por parte del IMCINE, principalmente.

NO TODOS LOS EMBARAZOS SON EXITOSOS

¿Ha logrado todas las metas que se ha propuesto como cineasta?

No del todo, para que una película se haga tienen que haber varios proyectos que se quedan en el camino, es decir, no todos los embarazos son exitosos. El año pasado me dediqué a concursar para obtener la dirección general de CCC, lo cual me mantuvo muy ocupada y pese a quedar en la terna, no logré ser directora del Centro. Además de esto, comencé a darme cuenta de que los productores buscan “ideas frescas”. Esto significa que los directores ya consolidados debemos de seguir con nuestras propias líneas de producción, sin embargo, para mí eso es muy complicado porque uno de mis productores tiene un puesto en los estudios Churubusco y por lo tanto me es muy difícil recurrir a él. Actualmente estoy en crisis porque tengo dos productos de guión, pero no puedo ir a tocar puertas a otros productores, porque éstos buscan ideas y directores nuevos. Lo único que me quedaría es ofrecerle mis guiones a algún director joven y decirle: -toma, te regalo este guión, has lo que quieras con él-. Pero no quiero hacer eso, así que  por lo pronto continuo trabajando en mis guiones y ya veré cómo logro producirlos.

¿Cuáles son sus proyectos en puerta y hacia qué temas se inclina en la actualidad?

Ahorita estoy rescatando dos proyectos de televisión, a ver cual de los dos logra funcionar. Uno es entorno a personas sobresalientes, que son capaces de superar no sólo una discapacidad sino cualquier trauma y el otro es un proyecto que he trabajado varios años en las universidades y se trata de hablar de la historia del cine en las comunidades, espero poderlos retomar en algún momento. En cuanto al cine, estoy trabajando en dos guiones; uno relacionado con la discapacidad y otro proyecto que habla sobre el movimiento del 68.

El onirismo permea su realidad  y la necesidad imperiosa por indagar lo que se esconde en los entretelones del mundo, la han convertido en una mujer que es capaz de mostrar las emociones vividas por sus diversos personajes, en su mayoría mujeres capaces de develar misterios y desentrañan secretos que se encuentran soterrados en el sentido intimista y poético que se detiene en los pequeños detalles que enriquecen la vida cotidiana.

De esta manera, Busi permite la entrada a sus fantasías habituales, sus deseos próximos y sus logros interminables que hacen de su mundo un plano secuencia de  ensoñación y de insomnio que no permiten descansar de la ficción porque cada ficción se ha convertido en una realidad.

Ahora me cuesta  trabajo pensar en las extraordinarias posibilidades que se pueden tener en la vida para triunfar, sin embargo, tal como Busi cada que los planes, las ideas y los sueños invaden la cabeza, se pasan cada vez más rápido y es más difícil seguirles el paso. Estar aquí me hace pensar que nunca se debe descansar de la propia ficción porque cada escena de la vida representa una nueva oportunidad para lograr lo que se quiere.

Salgo del apartamento. Busi se despide con una voz cálida y con deseos de éxito y mucha suerte, poco a poco se va cerrando la puerta de un umbral cinematográfico que alberga a una amante de su profesión y una mujer comprometida con sus propias metas.

Ver en www.remo.ws



[1] María Enriqueta Arias es egresada de la carrera de Actuación, Locución y Doblaje. Participó en obras tales como: “La Señorita Julia” de August Strindberg y “Obras Cortas “ de Tenessi Williams; colaboradora del Programa Radiofónico de Orientación Educativa “Brújula en Mano”, de Radio UNAM; ha publicado en el periódico el Universal y colaborado en el periódico Reforma, en la Sección de noticias internacionales. Actualmente, estudia la carrera de Ciencias de la Comunicación, en la UNAM.




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